La sal tiene una gran absorción por lo que puede hacer parte de “trabajo duro” ante tus propios ojos.
La sal puede eliminar las manchas de:
- Sangre: una mancha de sangre fresca se elimina sin dificultad, así que elimina la mancha tan pronto como sea posible. Si se cubre la mancha inmediatamente con sal y agua fría, se eliminará con bastante facilidad. Sigue añadiendo agua fría y dejando secar hasta que la mancha desaparezca.
- Salsa: cubre la mancha reciente de salsa con sal y deja que la sal saque la mancha todo el tiempo que sea posible. Trata con una pasta de bicarbonato y sal los restos de salsa que la sal no haya podido eliminar.
- Grasa: cubre la mancha reciente con sal, espera que la sal absorba la grasa y después cepilla. Si no se ha eliminado repite hasta que la mancha desaparezca. Después lava la prenda como de costumbre.
- Tinta: frota la mancha con sal y remoja la prenda toda la noche en leche. Lava la prenda como de costumbre.